La sequedad vaginal es un signo muy frecuente sobre todo una vez que llega la menopausia ya que los niveles de hormonas femeninas circulantes descienden bruscamente y una de las consecuencias es la disminución del trofismo vaginal.
Antes solíamos hablar de atrofia vulvovaginal o vaginitis atrófica pero hemos cambiado estos términos por una definición más amplia; hablamos hoy en día de síndrome genitourinario de la menopausia (SGM) ya que así englobamos no sólo la clínica genital sino también urinaria que a veces es la única existente sin olvidarnos por supuesto de la esfera sexual que es igual de importante que las otras dos.
Los síntomas más frecuentes además de la sequedad vaginal serían:
- Síntomas vaginales: ardor, picor, incomodidad…
- Síntomas urinarios: incontinencia urinaria, aumento de predisposición a infecciones urinarias, dolor al orinar (disuria), urgencia miccional, nicturia (orinar más de lo habitual por las noches)…
- Síntomas de suelo pélvico: aparición o empeoramiento de prolapsos de órganos pélvicos.
- Síntomas sexuales: dolor con las relaciones (dispareunia), falta de lubricación, disminución del deseo sexual.
Estos sígnos y síntomas se deben a la disminución de hormonas como hemos comentado por lo tanto también pueden aparecer en otras situaciones en las que estas hormonas puedan verse afectadas como la lactancia, el embarazo, el uso de determinados fármacos como por ejemplo en pacientes usuarias de anticonceptivos.
Desgraciadamente, esta entidad está infradiagnosticada y es muy frecuente. Algunos estudios hablan de que 9 de cada 10 mujeres menopáusicas tienen síntomas relacionados con el SGM pero sólo consulta 1 de cada 4. Este pobre diagnóstico es multifactorial pero una de las causas es que la sociedad estima normal todos estos síntomas una vez llegada la menopausia y la paciente por tanto cree que debe soportarlos sin buscar ayuda, perdiendo calidad de vida, a veces de manera muy acusada.
Hoy en día hay multitud de tratamientos para la sequedad vaginal en particular y para el SGM en general pero antes de pasar a ellos hay que recomendar una serie de hábitos higiénico-dietéticos que son fundamentales:
- Seguir una dieta saludable y evitar el sobrepeso y la obesidad, ya que un índice de masa corporal superior a 27 kg/m2 aumenta el riesgo de sequedad vaginal.
- Reducir o evitar el consumo de alcohol.
- No fumar, porque el tabaco se asocia con un déficit de hormonas femeninas y en consecuencia se intensifica el SGM.
- Practicar ejercicio moderado con regularidad. En cambio, el ejercicio extenuante favorece la atrofia vaginal.
- Mantener la actividad sexual: Las mujeres con relaciones sexuales o que se masturban presentan menos síntomas de SGM.
- Practicar regularmente de los ejercicios de Kegel: Estos ejercicios para fortalecer el suelo pélvico aumentan el tono vaginal y la oxigenación de los tejidos pélvicos. En consecuencia, mejoran el SGM. Se aconseja practicarlos aunque la mujer no presente problemas de prolapso o incontinencia.
Una vez dicho esto repasamos los tratamientos más frecuentes para el SGM:
- Hidratantes vaginales: para usar como tratamiento de mantenimiento.
- Lubricantes vaginales: para favorecer las relaciones, se prefieren de base acuosa y baja osmolaridad.
- Terapia hormonal local: suele ser el tratamiento de elección para la atrofia moderada-severa o cuando ya hemos hecho tratamiento con hidratantes y no son suficientes. Suelen ser preparados en forma de cremas, comprimidos u óvulos vaginales para usar de manera indefinida varias veces por semana, devolviendo sólo a la vagina y zonas adyacentes, las hormonas que ya nuestro cuerpo no fabrica. También hay una presentación en forma de anillo vaginal de recambio trimestral.
- Terapia hormonal sustitutoria: es un tratamiento para todo el cuerpo cuando la atrofia o el SGM se asocia a más síntomas como por ejemplo los sofocos.
- Láser vaginal: hay numerosos láseres que se usan para el SGM. Se pueden compaginar con los demás tratamientos descritos.
- Ospemifeno: es el primer tratamiento vía oral con indicación para el SGM aprobado para pacientes supervivientes de cáncer de mama.
Como vemos existen muchos tratamientos y combinaciones posibles pero lo más importante es hacer un buen diagnóstico y consultar si tenéis algunos de los síntomas y signos referidos.
La menopausia es una etapa más de la vida de la mujer y desde la Consulta de Ginecología y Obstetricia de la Dra. Mª del Valle Aguilar Martín y el Dr. Carlos Jiménez Rámila os animamos a vivirla y disfrutarla como tal. No dejéis de consultarnos vuestras dudas.